martes, 17 de marzo de 2015

La Policía ya no representa a la autoridad

En la imagen se aprecia cómo agentes del Esmad de la Policía, usan armas no convencionales para atacar a los indígenas nasa que protestan por el incumplimiento del Gobierno nacional en la restitución de tierras.
La Policía Nacional tiene cosas buenas, hay que reconocerlo, pero lo que sí es evidente es que los colombianos cada vez más expresan que la institución ya no representa a la autoridad con la que históricamente fue investida.

Porque la Policía solo representa a la autoridad, mas no es la autoridad; así como las también desprestigiadas Corte Constitucional y Rama Judicial representan a la justicia, pero no son la justicia misma.

Y dirán los uniformados: “siempre destacando las cosas malas, los actos perversos de algunas manzanas podridas”. Pero qué hacemos “si dan papaya”.

Día a día circulan en noticieros y en redes sociales videos  de policías que golpean despiadadamente a jóvenes, a deportistas, a indígenas, a sindicalistas, a estudiantes, a campesinos, a afrocolombianos, a mujeres y a sus preferidos: a indigentes y marihuaneros.
  
Y por supuesto que algunos de esos jóvenes, deportistas, indígenas, sindicalistas, estudiantes, campesinos, afrocolombianos, mujeres, indigentes y marihuaneros son cosita seria y se exceden también en sus agresiones contra los uniformados.

Cierto. Aunque todo ello, sumado a la imagen desfavorable –según Gallup, a diciembre de 2014 el 51 por ciento de los encuestados la tenía– son los síntomas crónicos de la pérdida de esa “buena” autoridad de la que hizo gala la institución, en época de Marcelino Gilibert.

Y no en vano todos esos deplorables actos registrados en video, amén de los sucesivos escándalos de corrupción y crímenes que involucran desde agentes rasos hasta encumbrados generales de tres soles, han minado la escasa confianza y la imagen favorable que los colombianos tenían de la Policía.

Esmad: les falta humanidad y les sobra crueldad

Cada día se hace más evidente, gracias a imágenes y videos, los excesos
de fuerza que despliega el Esmad.
A pesar de que la Policía tiene la potestad de proteger algunos derechos fundamentales de los colombianos, es evidente que los programas de educación en derechos humanos dirigidos a sus miembros escasean en el tema humanitario.

Lo ejemplifica el Escuadrón Móvil Anti Disturbios, Esmad, fundado en 1999 y con presencia permanente en 12 ciudades del país. Según denuncias de Ong’s, en lo que va de 2015, agentes del Esmad han herido a 150 personas con el uso de armas convencionales y no convencionales.

Muchas versiones tiene el gobierno sobre lo que es el Esmad, pero una de ellas dice que sus miembros están entrenados “en la prevención y control de multitudes, con personal altamente capacitado en manejo y conciliación de masas, en la protección de los Derechos Fundamentales, con el fin de restablecer el orden, la seguridad y la tranquilidad”…

¿Conciliación de masas? ¿Protección de los Derechos Fundamentales? Tanto belleza solo está en el papel, porque para el “manejo y conciliación de masas” los miembros del Esmad usan lanza gases lacrimógenos o truflay; granadas de aturdimiento y granadas de gas de mano; spray de gas pimienta y escopetas de Mosverg que disparan cartuchos de goma o perdigones.

Por otro lado, testimonios de exintegrantes de esta unidad y fallos de la Procuraduría confirman el uso de armas no convencionales, como el disparo de canicas, municiones ‘recalzadas’ o cápsulas de gas reutilizadas y repletas con pólvora negra y como metralla: tachuelas y fragmentos de vidrio, metal u otros objetos contundentes.

Esa es la conciliación de masas y la protección de los derechos fundamentales que la Policía, vía Esmad, le ofrece, por ejemplo, a indígenas reclamantes de tierras en Cauca y a camioneros en paro alrededor del país.

No hay datos consolidados, pero en 16 años el Esmad acumula cientos de víctimas mortales y miles más con lesiones temporales o permanentes.

Un policía del Esmad agrede con una "patada voladora" a un indígena en el
Cauca. Y si bien el indígena sostiene un machete, las agresiones de los uni-
formados son desproporcionadas. 
Y si bien en 2010 se vinculó judicialmente al Esmad por un hecho de lesiones personales, hasta la fecha ningún agente ha sido individualizado y menos judicializado por alguno de los miles de crímenes cometidos, por lo que operan con total impunidad.

¿Se justifica que en 2015 para Defensa y Policía se invirtieran $28.3 billones de pesos, unos $13 mil 500 millones de dólares, un 13.1% del presupuesto total de la nación, de cuyo rubro unos 12.9 billones se destinan a gasto de personal?

¿Se justifica que tanto dinero recaudado a través de los impuestos se invierta en el pago de policías que vejan constantemente nuestros legítimos derechos a la protesta y a la seguridad? Claro que no.

Por todo: la Policía Nacional de Colombia ya no representa a la autoridad. 


@adolfoflorezg

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