La Policía Nacional tiene cosas buenas, hay que reconocerlo,
pero lo que sí es evidente es que los colombianos cada vez más expresan que la
institución ya no representa a la autoridad con la que históricamente fue
investida.
Porque la Policía solo representa a la autoridad, mas no
es la autoridad; así como las también desprestigiadas Corte Constitucional y Rama
Judicial representan a la justicia, pero no son la justicia misma.
Y dirán los uniformados: “siempre destacando las cosas
malas, los actos perversos de algunas manzanas podridas”. Pero qué hacemos “si
dan papaya”.
Día a día circulan en noticieros y en redes sociales videos
de policías que golpean despiadadamente
a jóvenes, a deportistas, a indígenas, a sindicalistas, a estudiantes, a
campesinos, a afrocolombianos, a mujeres y a sus preferidos: a indigentes y
marihuaneros.
Y por supuesto que algunos de esos jóvenes, deportistas,
indígenas, sindicalistas, estudiantes, campesinos, afrocolombianos, mujeres,
indigentes y marihuaneros son cosita seria y se exceden también en sus
agresiones contra los uniformados.
Cierto. Aunque todo ello, sumado a la imagen desfavorable
–según Gallup, a diciembre de 2014 el 51 por ciento de los encuestados la
tenía– son los síntomas crónicos de la pérdida de esa “buena” autoridad de la
que hizo gala la institución, en época de Marcelino Gilibert.
Y no en vano todos esos deplorables actos registrados en
video, amén de los sucesivos escándalos de corrupción y crímenes que involucran
desde agentes rasos hasta encumbrados generales de tres soles, han minado la escasa
confianza y la imagen favorable que los colombianos tenían de la Policía.
Esmad:
les falta humanidad y les sobra crueldad
![]() |
Cada día se hace más evidente, gracias a imágenes y videos, los excesos de fuerza que despliega el Esmad. |
A pesar de que la Policía tiene la potestad de proteger algunos
derechos fundamentales de los colombianos, es evidente que los programas de
educación en derechos humanos dirigidos a sus miembros escasean en el tema humanitario.
Lo ejemplifica el Escuadrón Móvil Anti Disturbios, Esmad,
fundado en 1999 y con presencia permanente en 12 ciudades del país. Según
denuncias de Ong’s, en lo que va de 2015, agentes del Esmad han herido a 150
personas con el uso de armas convencionales y no convencionales.
Muchas versiones tiene el gobierno sobre lo que es el
Esmad, pero una de ellas dice que sus miembros están entrenados “en la
prevención y control de multitudes, con personal altamente capacitado en manejo
y conciliación de masas, en la protección de los Derechos Fundamentales, con el
fin de restablecer el orden, la seguridad y la tranquilidad”…
¿Conciliación de masas? ¿Protección de los Derechos
Fundamentales? Tanto belleza solo está en el papel, porque para el “manejo y
conciliación de masas” los miembros del Esmad usan lanza gases lacrimógenos o truflay;
granadas de aturdimiento y granadas de gas de mano; spray de gas pimienta y
escopetas de Mosverg que disparan cartuchos de goma o perdigones.
Por otro lado, testimonios de exintegrantes de esta
unidad y fallos de la Procuraduría confirman el uso de armas no convencionales,
como el disparo de canicas, municiones ‘recalzadas’ o cápsulas de gas
reutilizadas y repletas con pólvora negra y como metralla: tachuelas y
fragmentos de vidrio, metal u otros objetos contundentes.
Esa es la conciliación de masas y la protección de los
derechos fundamentales que la Policía, vía Esmad, le ofrece, por ejemplo, a
indígenas reclamantes de tierras en Cauca y a camioneros en paro alrededor del
país.
No hay datos consolidados, pero en 16 años el Esmad
acumula cientos de víctimas mortales y miles más con lesiones temporales o
permanentes.
![]() |
Un policía del Esmad agrede con una "patada voladora" a un indígena en el Cauca. Y si bien el indígena sostiene un machete, las agresiones de los uni- formados son desproporcionadas. |
Y si bien en 2010 se vinculó judicialmente al Esmad por
un hecho de lesiones personales, hasta la fecha ningún agente ha sido
individualizado y menos judicializado por alguno de los miles de crímenes
cometidos, por lo que operan con total impunidad.
¿Se justifica que en 2015 para Defensa y Policía se
invirtieran $28.3 billones de pesos, unos $13 mil 500 millones de dólares, un
13.1% del presupuesto total de la nación, de cuyo rubro unos 12.9 billones se
destinan a gasto de personal?
¿Se justifica que tanto dinero recaudado a través de los
impuestos se invierta en el pago de policías que vejan constantemente nuestros
legítimos derechos a la protesta y a la seguridad? Claro que no.
@adolfoflorezg
No hay comentarios:
Publicar un comentario