domingo, 8 de diciembre de 2013

Guerrilla de las Farc propone nuevo enfoque de política antidroga

Mediante un comunicado, titulado: ‘Política antidrogas integral, soberana, democrática y participativa, orientada a los pobres del campo y a los consumidores’ (http://bit.ly/1kr9Hif ), la guerrilla de las Farc-Ep proponen cambiar el actual enfoque a la política antidroga.

En el primer sub-punto de los 10 puntos que conformarían la propuesta global, los insurgentes plantean que la lucha antidrogas adelantada por el Estado centre su objetivo en perseguir y desarticular “las rentabilidades extraordinarias (que) se encuentran en las fases de la circulación, la distribución y en la incorporación de las ganancias generadas en los circuitos legales de la economía a través del lavado de activos” y no “en los eslabones más débiles del proceso”, o sea: campesinos y consumidores.

En ‘Política antidrogas soberana’, segundo sub-punto del comunicado, las Farc dice que, ante el “fracaso de la política antidrogas impuesta por el imperialismo de los Estados Unidos” y debido a “su incidencia sobre la prolongación del conflicto social y armado” en Colombia, el Estado debe diseñar e implementar “una políticas antidrogas que contemple los principios de soberanía y autodeterminación” (Sic).

No obstante, para la insurgencia dicha “política antidroga soberana” debe ser “democrática y participativa” (tercer sub-punto) y en su diseño trabajará una “comisión” de representantes de diferentes sectores de la comunidad, tales como: campesinos, indígenas y afrodescendientes productores de hoja de coca, “consumidores organizados” e “instituciones y organizaciones no gubernamentales especializadas” que además del diseño de la política, se encargarían de su seguimiento.

Asimismo, las Farc plantean la conformación de una “misión de expertos”, cuarto sub-punto, con participación especial de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, UNODC, y de la comunidad académica, científica e internacional, que produzcan “lineamientos, propuestas y recomendaciones, a ser tenidos en cuenta”.

Finalmente, en el quinto y último sub-punto del comunicado, la Delegación de Paz de la guerrilla pide “protecciones especiales a los productores de hoja de coca y consumidores de drogas ilícitas” para que estos “no sean estigmatizados, perseguidos y criminalizados” y en cambio sean “sujetos de una política pública para la superación de su situación de pobreza y miseria, o de tratamiento terapéutico de la adicción, según el caso”.

Si bien la propuesta de las Farc-Ep, dada a conocer por Andrés París, tienen aspectos más humanitarios que la actual política antidroga del gobierno nacional, como combatir a los circuitos legales de la economía donde terminan blanqueándose el dinero producto del narcotráfico y no a los eslabones más débiles; se quedan cortos al omitir cuál posición asumirán respecto de su participación en todo el proceso de producción.

También en el comunicado se vislumbra el temor que los jefes negociadores le tienen a la extradición hacia los Estados Unidos, pues plantean, en el segundo sub-punto, una soberanía colombiana para la administración de justicia en los casos relacionados con el tráfico de drogas.

Asimismo no especifican qué responsabilidad asumirán respecto a los daños sociales, ambientales y de infraestructura que vienen cometiendo desde que se dedicaron de lleno a la producción y tráfico de cocaína, marihuana y amapola.

Como siempre, evadiendo sus responsabilidades. Por eso, pocos medios nacionales hicieron eco de su “altruista” propuesta. Esperemos con qué más nos saldrán los farcianos. 

@adolfoflorezg



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